Por:
Rodolfo Castro Martínez, M.A.
20/05/2015
Introducción
El
exceso de consumo de alimentos ricos en grasa o densos en calorías, unido al
hábito de poca actividad física, asociados a factores: hereditarios, neurológicos,
culturales y sociales, entre otros, pueden predisponer y condicionar en la
persona un aumento de peso corporal a expensa de grasa de depósito.
El
aumento de peso producido por los elementos antes expuestos, propician el
síndrome endocrino metabólico de la obesidad, y constituye un factor de riesgo
de gran significación e importancia en el desarrollo de afecciones que
presentan elevadas tasas de morbilidad y mortalidad, como son: la hipertensión
arterial, la diabetes Mellitus tipo II, la aterosclerosis, la enfermedad cerebro
vascular, el hígado graso, las enfermedades de las vías biliares, la aparición
de hernias abdominales, la marcada asociación con la insulina
resistencia, las afectaciones sobre el sistema osteomioarticular, el
cáncer y las alteraciones en la esfera psicológica.
Las
personas que presentan esta enfermedad o afectación, los mejores resultados
obtenidos se ponen de manifiesto en la modificación del estilo de vida, como
son: los hábitos alimentarios, la incorporación a la actividad física y al
ejercicio físico en su régimen de vida diario, el modo de enfrentamiento a los
estresores, las horas dedicadas al sueño, la recreación física y los
entretenimientos Deportivos, entre otras actividades que conforman los
elementos a tener presente en la calidad de vida.
El
estilo de vida no sedentario, tiene como fundamento, el aumento de la actividad
física espontánea relacionada con las tareas laborales, y la práctica del
ejercicio físico de baja a moderada intensidad, que se ajuste a las características
individuales de las personas, con una duración entre 30 y 60 minutos de
ejercitación, con una frecuencia de cinco sesiones en la semana.
Qué es la obesidad
La
obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de la masa
grasa y en consecuencia por un aumento de peso. Existe, pues, un aumento de las
reservas energéticas del organismo en forma de grasa.
El
aumento de peso ocurre cuando hay un desequilibrio calórico, es decir cuando la
cantidad de calorías ingeridas supera la cantidad de calorías gastadas. Cuando
una persona ingiere de forma habitual más calorías de las que puede quemar, el
cuerpo almacena las calorías extras en forma de grasa.
Se
entiende por obesidad una acumulación excesiva de grasa corporal. Una medida
común de evaluación para determinar cuándo es “excesiva” es el Índice de Masa
Corporal o IMC.
El IMC
se calcula mediante una operación matemática utilizando las medidas de peso y
altura. La cifra resultante sirve de indicador general para saber si el peso de
la persona entra dentro de un rango saludable. Se divide el peso en Kg entre la
altura (en metros) al cuadrado.
Por
esto es necesario realizar otras mensuraciones que permitan la
valoración de la adiposidad, y una clasificación adecuada de la personas
portadores de esta enfermedad, como son: la inspección visual, la
circunferencia de la cadera , la circunferencia de la cintura, para
conocer la distribución regional de la grasa, el estimado de los pliegues
cutáneos, el índice ponderal, y relacionarlas o compararlas con evaluaciones
para cada región geográfica orientadas por la Organización Mundial de la Salud
(OMS), o por tablas nacionales para cada país. Además de conocer a través de la
entrevista con a las personas el consumo de energía en 24 horas, el régimen
diario de actividad física, la práctica de ejercicio físico y/o deporte, y lo
que es más importante la duración y la intensidad del mismo.
Durante
los últimos años del siglo pasado, en todo el mundo, se vienen realizando
campañas dirigidas a mejorar los hábitos alimentarios de la población, en la
República Dominicana no está exenta de dicha compaña, la cual se ha orientado a
través de diferentes entidades, como son: El Ministerio de Salud Pública, el
Ministerio de Deporte, el Ministerio de Educación, entre otros.
Los
alimentos son necesarios para la salud siempre y cuando este sea
consumido de una forma moderada y balanceada, por el contrario
cuando se ingiere más cantidad de lo que el organismo
necesita para realizar sus funciones vitales, trae consigo un incremento del
tejido adiposo, dando paso a la obesidad.
La
necesidad energética diaria de una persona está condicionada por su Gasto
Energético Total. Este gasto energético total es función de la suma de su
metabolismo basal, el efecto termogénico de los alimentos, el trabajo muscular
y el factor de injuria.
Este
valor se ve afectado por otros factores variables, a saber: La superficie
corporal, la masa magra, el sexo, la edad, el embarazo (en el caso de las
madres), la raza, el clima, las alteraciones hormonales, los estados
nutricionales actuales, y otros factores.
La
cuantificación del sobrepeso u obesidad debe realizarse mediante el índice de
masa corporal (IMC), Se considera como obesidad un IMC superior a 30.
El
tratamiento de la obesidad se apoya en cuatros aspectos fundamentales:
Educación para la salud
El
obeso debe conocer todo lo relacionado con la obesidad, por lo que la
información constituye un pilar fundamental. Lo ayudará a comprender su
problema y a erradicarlo adecuadamente.
El apoyo psicológico
Es un aspecto
de mucha importancia las personas obesas, ya que una gran parte de los obesos
son muy ansiosos, y esto le da más apetito, además es significativo descubrir
las motivaciones que puede llevar a cada persona a interesarce por reducir del
peso corporal.
Dieta
Sin
ella no hay reducción de peso. La dieta debe ser hipocalórica (baja en
calorías), calculada para las 24 horas del día, fraccionada en seis comidas,
individual, en dependencia del gusto de cada persona y su familia, ya que surge
de lo que come la familia, solo que reducida en cantidad. Debe ser calculada a
razón de 20 calorías por kilogramos de peso ideal.
Ejercicio Físico
Los
ejercicios más recomendados para ser realizados por los obesos son los
aeróbicos, por consumir mayor cantidad de energía y crear menos productos de
desecho nocivos al organismo (como el ácido láctico), así como por utilizar
como fuente de energía, además de los carbohidratos, los lípidos. Estos
procesos aeróbicos se logran con ejercicios de larga duración, sin ser
excesivamente prolongados, efectuados con un ritmo lento o medio y la
participación de grandes grupos musculares con esfuerzos dinámicos. Aunque hoy
en día el ejercicio con pesas, es un componente importante en el entrenamiento
de los obesos ya que hace aumentar el volumen muscular y esto contribuye a
mantener un metabolismo basal elevado.
Como
podemos ver el tratamiento del obeso es multifactorial, aunque fundamentalmente
está sustentado sobre la combinación de los dos últimos pilares: Dieta y el Ejercicio Físico.
La
combinación de una dieta generalmente hipoenergética (adecuada para la
constitución y la forma de vida de cada sujeto), acompañada de ejercicios
moderados permanentes, es una buena opción en la prevención y tratamiento de la
obesidad. El ejercicio no solo conserva sino inclusive aumenta la masa
muscular, la combinación de ambos enfoques permite que ni la dieta sea tan
estricta ni el ejercicio tan vigoroso, lo cual facilita la permanencia del
obeso en el programa de reducción de peso.
La
actividad física con personas obesas, exige ser planificada progresivamente por
tiempo, tandas, repeticiones, cantidad y complejidad de los ejercicios con
movimiento. El carácter terapéutico de los Ejercicios físicos está condicionado
en la obesidad por la estimulación y normalización del metabolismo de los
carbohidratos, lípidos y las proteínas.
El
Ejercicio Físico sistemático aumenta la síntesis de glucógeno en el músculo y
en el hígado y disminuye los depósitos de grasa en los adipositos. Los músculos
no entrenados durante una carga breve cubren su consumo de energía en lo
fundamental por la movilización de la glucosa, en cargas físicas más duraderas,
los ácidos grasos libres, aumentan la mayor parte del suministro de energía.
Los ejercicios
en condiciones aeróbicas son más convenientes para ser realizados por obesos,
por consumir mayor cantidad de energía y crear menos productos de desechos
nocivos para el organismo, así como por utilizar como fuente de energía, además
de los carbohidratos, los lípidos.
Cabe
destacar que para el éxito del trabajo con obesos, es necesario tener en cuenta
un programa de ejercicio físico que sea placentero y que a su vez convine
varias formas de trabajo para mantener el nivel de satisfacción y la permanencia
de las personas en el área donde se realiza la actividad física.
Cada
programa debe ser elaborado por un personal
capacitado del área de la Educación Física y Deportes, Cultura Física o que sea
afines a esta, el cual debe ser aplicado en áreas de rehabilitación, de Cultura
Física terapéutica y en centros especializados dirigidos al tratamiento de la
obesidad.
Las
orientaciones, recomendaciones y normas están sustentadas en el quehacer diario
de los profesionales de la Educación Física y Deportes o Cultura Física y
constituyen experiencias de avanzada en la aplicación del ejercicio físico en
la atención a las personas o pacientes obesos.
Es
importante destacar que un programa de ejercicio físico es fundamental
acompañar una correcta alimentación con la realización de ejercicio físico para
poder conseguir un desarrollo corporal adecuado.
El
programa de ejercicio físico debe cumplir con unas determinadas
condiciones:
Calentamiento:
debe tener una durante 10 a 15 minutos.
ü Tipo de trabajo físico: Cardiovascular
(aeróbico), no superar las 150 a 160 pulsaciones por minuto.
ü Etapas: Dividido en etapas de 20 a 25 minutos
cada una durante las primeras semanas.
ü Intensidad: Se incrementa en 3% cada 3
minutos entre 50% a 60%.
ü Frecuencia: entre 45 a 60 minutos tres días a
la semana
Este
tipo de programa de ejercicio físico de tipo cardiovascular (aeróbico)
involucra grandes masas musculares y están directamente asociados a una mayor
utilización de la glucosa.
Algunos
ejemplos de deportes o ejercicios a realizar de tipo aeróbico son la carrera
continua, los deportes colectivos, natación, bailes, bicicleta, entre otros.
Es muy
recomendable realizar ejercicios respiratorios para aprender a dosificar el
esfuerzo y llevar un ritmo adecuado.
Ejercicios
de estiramiento muscular al final de cada sesión de ejercicios.
La
práctica de actividad física va a permitir un aumento del:
ü Gasto energético.
ü Estímulo de la respuesta termogénica
aumentando la tasa metabólica en reposo.
ü Aumento de la capacidad de movilización y
oxidación de la grasa.
ü Reduce la resistencia a la insulina.
ü Mejora la capacidad cardiopulmonar
(aeróbico).
ü Baja la presión arterial.
ü Reducción de la grasa corporal y aumento de
masa magra.
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